Lo del ministro de Salud de la Provincia de Córdoba, Oscar González, no se puede creer. El Gobierno provincial puso en duda el estudio realizado por el director del hospital Illia, José Luis Galetto, ya que, según González, “muchas veces se incluyen niños de bajo peso como desnutridos patológicos y simplemente se trata de niños flacos que se encuentran en perfecto estado de salud”. Esto me hace acordar a las declaraciones del ex gobernador de Misiones, Ramón Puerta, sobre los niveles de pobreza de los niños en su provincia: “En Misiones los chicos andan descalzos porque tienen calor”.
La ciudad de la Calera se encuentra a unos 18 kilómetros de Córdoba capital y tiene unos 30 mil habitantes, de los cuales entre 8 y 12 mil son niños. Según el estudio, se atendieron 4000 chicos en el hospital Illia y 427 presentaron principios de desnutrición de grado 1 o 2. En otras palabras, estos chicos (10% de los atendidos) se encuentran por debajo de su peso, en una situación leve o moderada, pero representa un alto riesgo para su salud.
Sin embargo, lo curioso es que el informe sólo releva casos de chicos que se atendieron en el hospital mencionado. Nadie investigó, por ejemplo, los niños que habitan en los barrios más pobres de esa localidad que comparten esa misma (o peor) situación, o si los punteros políticos tienen que ver en esto a la hora de repartir los alimentos, o el Plan Jefas y Jefes de trabajo, o la adhesión al Plan Nacer. Por estas razones, se estimó que los niños con grados de desnutrición superarían los 600 casos.
Desde el Gobierno provincial y nacional se busca evadir responsabilidades como lo hacen con las muertes en las rutas; la cada vez más grande brecha entre ricos y pobres; los aumentos en el transporte, en los alimentos, en la luz; el maquillaje de los números del Indec con respecto a la inflación, entre otros. Se distrae la atención de los grandes problemas estructurales de nuestro país con inauguraciones de plantas cloacales en medio de un deleite turístico o con decretar la enseñanza de la vida de Atahualpa Yupanki en las escuelas.
No en vano, Juan Echepare, intendente de La Calera, apagó su celular por un presunto “tirón de orejas” del gobierno provincial, ya que sus declaraciones en los medios no cayeron bien a Schiaretti.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
2 comentarios:
Agrego que hubo casos de chicos que están tan acostumbrados a desayunar o merendar con mate cocido que la leche fortificada les provocó náuseas, diarrea y vómito.
Publicar un comentario