domingo, 17 de febrero de 2008

Triunfo del interés público sobre el interés empresario

Por Ceci Carrizo

Triunfo del interés público sobre el interés empresario: la convencida presencia y la toma de la palabra de los ciudadanos en el Concejo Deliberante impidió que se aprobara la suba del cospel
Ayer las instituciones locales cordobesas no pudieron parar una decisión que había tomado la Asamblea de Usuarios y Vecinos de Córdoba: PARAR LA SUBA DEL COSPEL. Cuando discutíamos acerca de este objetivo el sábado a la tarde una cosa quedó en claro, teníamos que sostener la convicción de que podíamos hacerlo. Una reconocida frase fue dicha por una integrante de una agrupación política: La única lucha que no se gana es la que no se empieza.

Durante estos días, la organización horizontal permitió que todos los integrantes tuvieran la libertad de hacer lo que creían conveniente para garantizar el objetivo: averiguar datos sobre el transporte (hay varios documentos con información importante sobre el tema), hablar con autoridades nacionales para evaluar recursos alternativos de acción, con autoridades municipales para cuestionar la suba, con concejales para comprometerlos a que voten por el interés de los usuarios, con los medios de comunicación para difundir y convocar a las acciones, hacer una radio abierta en la plaza San Martín, asambleas en los barrios. La confianza y la disposición de todos iban haciendo que las cosas salieran, que se imprimieran los volantes y afiches que habíamos pagado entre todos y que se distribuyeran donde y cuando habíamos previsto, que la convocatoria saliera por los medios y por las cadenas de mensajes que cada uno iba haciendo.

La marcha desde la Municipalidad hasta el Concejo nos agrupó como siempre, con canciones, murgas, niños, militantes de toda la vida y nuevos. La cantidad de policías y perros anunciaba que no nos iban a dejar entrar a la sesión de una institución que es pública por excelencia en nuestro sistema político, el espacio de deliberación de los representantes del pueblo. Entraron los treinta de nosotros que admitieron, otros nos quedamos esperando, otros de nosotros no se resignaban y discutían con concejales que salían a decir que íbamos a poder entrar todos. Como siempre la policía no soportó la tensión, que las cosas se resuelvan por medio de la palabra y empezó a disparar. Cuando nos dimos cuenta que disparaban a los cuerpos empezamos a correr, cada uno para donde podía. Así nos dispersaron, corriéndonos mientras nos disparaban a algunos una cuadra, a otros hasta dos y tres. Cuando pudimos parar, empezamos a buscarnos, a reagruparnos, porqué nos teníamos que ir?. Algunos empezaron a hablar con los policías, a explicarles, otros a sacarse fotos con ellos, otros con los medios de comunicación presentes. Ahí nos dimos cuenta que había heridos y que teníamos que volver a la sesión a avisar a los que estaban adentro lo que había pasado y a sostener nuestra posición, la represión no iba a amedrentarnos.

A la violencia de la suba que se pretendía imponer por mayoría automática, se sumó la violencia de la represión policial, las instituciones más que canales de expresión ciudadana funcionaron como barreras para impedir que la voz de los ciudadanos se escuche. Los pocos que habían quedado adentro les gritaban a los concejales que no aprobaran la suba, insultaban a aquellos más sensibles a las ganancias de la FETAP que al bolsillo de los usuarios, más preocupados porque el Concejo cumpliera con su deber de garantizar ganancias que la accesibilidad a un servicio público a la ciudadanía. Un compañero llegó a tirarles agua a algunos concejales, la máxima agresión. Inmediatamente entró al recinto la policía para desalojarlo. Nuevamente resistir, nuevamente convicción y presencia. La “violencia” de los gritos se amplificaba en los oíos de quienes eran concientes que estaban votando algo tremendamente impopular, la Concejal Marta Juárez, el Concejal Oscar Arias. A la Concejal Saravia por ejemplo le gritaban: no te olvides de tus hermanos!, en alusión a su reconocido trabajo en los sectores populares y con los pueblos originarios. Los concejales que estaban dispuestos a pagar los costos de tener un cargo, fastidiados por la invasión al Concejo, también gritaban. Los de la oposición argumentaban contra la suba.

Durante la votación y ante la pérdida del oficialismo del voto que le aseguraba su compromiso con la FETAP, otra maniobra institucional casi impide el triunfo del no al aumento, un no explícito pero casi real pase a cuarto intermedio, es decir tiempo para negociar, conseguir algún concejal que se “convenza” de pasar a formar una mayoría.
Pero nuevamente la presencia ciudadana garantizó que el órgano legislativo rechazara la propuesta de aumento del ejecutivo municipal, algo sólo impensable por quienes creen que las instituciones democráticas deben mancillarse conforme al interés del jefe de turno.
No eran más de cuarenta los compañeros que soportaron estar las horas que hubo que estar hasta que finalizara todo, que resistieron y lograron algo que nos beneficia a todos los habitantes de la ciudad, por un año, sí, por un año, el Intendente no va a poder enviar otro proyecto de aumento para que se lo apruebe el Concejo.

Algunas voces han hablado asustadas, “la izquierda ha logrado detener el cospelazo”! Más allá de los resabios procesistas de esas expresiones, del uso de la memoria que pretende paralizarnos, es oportuno pensar sobre lo apropiado del uso de este término. Hay otra memoria, la del pensamiento y la práctica que históricamente privilegia el interés colectivo por sobre el interés individual, esa es la que ha logrado una victoria. Las leyes que han restringido y restringen hoy la ganancia dando prioridad al interés público y el bienestar colectivo son las que han sido formuladas por la izquierda, los liberales igualitaristas, los socialistas, los republicanos, los demócratas, como se llame su partido en cada tiempo y lugar. Las leyes que benefician el lucro desmedido, que desmontan las regulaciones públicas sobre los servicios que deben garantizar la calidad de vida de la ciudadanía, que excluyen con la mercantilización a las mayorías del acceso a los bienes públicos son propuestas por la derecha, los conservadores, los liberales individualistas, los neoliberales; también como se llame su partido en cada tiempo y lugar. Por el caso, Nicolas Sarkozy, el presiente de Francia, la derecha de Francia, que le ha ganado al partido socialista, ha aprobado un paquete de medidas que incluye transporte público para las zonas de mayor conflicto en la ciudad, junto con otras medidas destinadas a integrar a los jóvenes. La acción común nos exige repensar algunas palabras como para contribuir a una apreciación política compartida de lo que pasó o al menos reconocernos en nuestras diferencias con respeto. Tal vez podamos decir que los que están a la derecha de la derecha perdieron y los que están a la izquierda ganamos.

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