sábado, 16 de agosto de 2008

La poesía como una actitud frente al mundo


Abelardo Castillo, un guiño de ojo a Nietzche, al compromiso sartreano del escritor… palabras que producen vértigo al lector.

-Una palabra innecesaria puede estropear un buen cuento; una página innecesaria estropea a un buen lector.-En cuarenta años de literatura aprendí dos o tres cosas más, pero, por decirlo así, son de orden moral. Por ejemplo: corregir encarnizadamente un texto no es una tarea retórica o estilística, es un trabajo espiritual.

-La poesía no es una manera de escribir, es más bien un modo de vivir, de percibir el mundo.-Héctor tizón: Uno de los pocos narradores contemporáneos que ha llevado el género histórico a la categoría de gran novela. Uno de nuestros mejores escritores. Como vive en Yala, los porteños simulan que no existe.

-Lo mejor que se ha dicho sobre el cuento es lo que Edgar Poe escribió en su ensayo sobre Nathaniel Hawthorne. No pienso facilitarte las cosas reproduciéndolo. Tendrás que encontrarlo solo. Un escritor es un buscador de tesoros. Los descubre o no. Esa es la única diferencia entre la biblioteca de un escritor y el mueble del mismo nombre de las personas llamadas cultas.-Deberás pensar por lo menos una vez por día en esta frase de Nietzsche: "Un escritor debería ser considerado como un criminal que, sólo en casos rarísimos, merece el perdón o la gracia: esto sería un remedio contra la invasión de los libros".

-Si la palabra mercado te hace pensar "persa", quizá no seas muy original pero todavía estás a tiempo. Si la palabra mercado te hace pensar en la venta de tu libro, no insistas con la literatura.-Estamos atravesando por lo que yo llamaría una crisis universal del sentido. La religión, la ciencia, el arte, ya no dan respuestas a nadie. El fin de la historia, el fin de las ideologías, la muerte de las utopías, quieren decir sencillamente que no le vemos un sentido al mundo. La pregunta, entonces, sería: ¿Qué sentido tiene la literatura en un mundo sin sentido? No hay más que dos respuestas. La primera: ningún sentido. La segunda es precisamente la que hoy no parece estar de moda: el sentido de la literatura es imaginarle un sentido al mundo y, por lo tanto, al escritor que la escribe.

-Si yo fuera pedagogo, recomendaría a los jóvenes que dejen de leer estupideces, se olviden de los dictámenes académicos, y le peguen una ojeadita a los libros de José Ingenieros. Muy pocos hombres pensaron bien y, al mismo tiempo, escribieron bien en nuestro país. Ingenieros fue uno de esos raros.

1 comentario:

Soledad Soler dijo...

En realidad, a mí me gusta pensar en la literatura como trinchera, como arma que se usa en un sentido o en otro...generando sentidos sí...pero sólo esto es posible cuando la palabra circula, cuando se hace colectiva, cuando es reinventada por un "otro", que en el caso literario podríamos definir como el "lector"...pensándolo bien a mí me gustan más los plurales: "lectoescritores de literaturas" diría...